domingo, 28 de agosto de 2016

Noctambulo

hoy no quiero dormir, las pesadillas parecen manos negras que me tapan los ojos y los labios que aun si la respiración pasa y me deja exhalar ventiscas de aire lleno de somnolencia, no me deja pronunciar palabra alguna quitándome la mínima oportunidad de despedirme de la vida, hoy tengo miedo de dormir porque el pánico de mi verso muerto se puso vivido de terrores nocturnos en los escombros de un ser lleno de corazones rotos que ardían en algún momento alejado la mayor de las oscuridades, la propia, la que fue y la que siempre será, la noche es negra en parte, y puntual en miles de centímetros de mi piel, aun así existen las inexistencia de sombras, la de la luna y la de sus ojos, oh... entonces aun existen corazones rotos dentro de la inerte noche de mi cuerpo, quizás no, tomando en cuenta que lo vacio de la soledad no escatima en espacio, haciendo que se adueñe de los rastros del hielo y de las múltiples tormentas, pero lo entiendo, jamás podre redimirme de las estrellas que en algún momento se comieron mis pestañas y me hicieron ciego de simientes y de mis piernas quebradizas, mi emoción en las esperezas de acciones ajenas a mi mano se vuelven tan fuertes como vulnerable me vuelvo yo a ellas y esta noche lo sabe, por que hablo con el diablo que me atormenta con promesas de ser el ángel de la guarda de mil y un días en el sol, pero dime ángel de la guarda en forma de letras y de una imagen tan pequeña como lo que queda de mi alma en tu vida, que tanto debiste luchar para volver a prometer las esperanzas falsas que ni tú mismo crees, dime si realmente alguna de ellas se cumplió en el proceso de hablarme de ellas o si después de ti la noche terminara en un amanecer naciente desde Apolo, el cual niega tu existencia y forma parte del politeísmo superfluo, que negaría que tú seas mi demonio, tomando que eres uno de los tantos dioses que alguna vez tuvieron poder sobre mí, dicen que el humano creo a dios, entonces yo te cree a ti, o realmente tu me creaste a mi?, dime si dejo de creer en ti dejaras de existir, o quizás tu figura desaparezca, quien sabe, cada uno viviendo en su mundo, en el tuyo esta amaneciendo a esta hora de las seis de la mañana y en el mío parece que esta noche nunca fuera a acabar, y yo no quiero dormir, porque por dentro de los parpados tengo enraizado tu espíritu, tu nombre y tu cuerpo.


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